martes, 4 de febrero de 2014

Un suspiro y... Adios.


A quien corresponda:

¿Cuántas casualidades necesitamos para suceder?
Perder a una persona siempre duele, pero perderle más de dos veces es peor. Las relaciones deben ser así, con muchas cosas que decir, con muchas comas y sólo un punto final, el nuestro había llegado y ahora sólo quedaba aceptar que ya no seguirías aquí, lo importante que fuiste, y lo mucho que te iba a recordar.

Hay tanto que contar de lo que construiste sin saberlo, tantas enseñanzas que seguir compartiendo y tantos recuerdos que no pienso olvidar. Me llene de todo el valor que pude y te dije la verdad, nosotros somos de momentos, de pequeños encuentros, de herirnos; nosotros tuvimos un hermoso comienzo y un triste final…
…agradezco esas noches en las que sucedimos, por que siempre es bonito contar con alguien, voltear y ver una cara conocida, sentir sus manos sujetando tu cintura para recibir el mejor abrazo. Escuchar el ruido de todo, refrigerador, viento, puertas y hasta de los pájaros que cantaban al estar.

Guardaré la luna para que podamos recordarnos al final del día, cuando nos sucumba la tarde y nos recuerde que ya todo paso.
Ahora ya no podre  ni sentir el suspiro que me regalabas cuando estaba cerca de ti. Ya no habrá tardes de películas y conversas hasta la madrugada, ni peleas cuyo final era siempre un beso.
ya no podre saberte en mis ojos ya que estoy fuera de los tuyos.

Sucediste, tiempo pasado.
Ahora mis pupilas dejan de estar encariñadas con alguien, el tiempo sigue su curso y nosotros seguimos adelante con todo lo aprendido. Con nuevos errores que cometer y un nuevo destino.

No olvides nuestros recuerdos, aún si conoces a alguien más que te haga sonreír. Espero que seas feliz, que tengas lo que quieres y que de vez en cuando te acuerdes de mi.
Sinceramente, sí, espero eso…

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